"El matadero" una pesadilla

¿Hay algo en El matadero que explique por qué es el único texto funda(na)cional que sigue siendo evocado no sólo por la literatura, el cine, el teatro y el arte sino, más importante aún, por una gran parte de la sociedad argentina a través de las tensiones sociopolíticas, espaciales, económicas y étnicas? Este algo, aquí se sugiere, emerge como consecuencia de que la narración está basada en una pesadilla onírica y, como tal, se manifiesta como incompleta, en un estado traumático de prelenguaje. Por ende, insta a que, al unísono, se la simbolice y se la repita diferencialmente aunque con su misma configuración simbólica-no simbólica.  En tal sentido, éste es el primer libro dedicado a interpretar teóricamente, por un lado, cómo la forma de El matadero refleja el trabajo del sueño (Traumarbeit) de su dueño, el narrador; y, por otro lado, cómo y por qué estas mismas relaciones antagónicas constitutivas del cuento han venido atravesando subsecuentes producciones culturales y manifestaciones ideológicas. Dado que El matadero es uno de los pilares de la argentinidad, la propuesta de que está vertebrado por un sueño de angustia y no exclusivamente por la historia de la época implicaría que los posteriores objetos culturales impregnados por él también contienen en el centro de la perla el mismo granito de arena libidinal. Conforme a ello, y en el año del bicentenario de la independencia de 1816, El matadero: una pesadilla, abre también el espacio (con las topologías de Sigmund Freud, Jacques Lacan y Slavoj Zizek) para que proliferen nuevas (re)interpretaciones de toda la cultura argentina.