No saben lo que hacen

El teólogo y científico español Miguel Servet fue sentenciado en 1553 en Ginebra por la Inquisición protestante. Fue repudiado también por los católicos porque consideraba que la Trinidad no tenía sustento bíblico y, por ello, consideraba que Cristo no es eterno sino mortal. No saben lo que hacen relata, mediante una técnica escritural depurada, el suplicio de Servet en manos de la Inquisición protestante, no menos cruel que la católica, empeñadas, una y otra, en la obtención del mismo fin: domesticar las almas, mediante la imposición de una realidad acrisolada por la tradición religiosa, debatiéndose contra el advenimiento de otra realidad que se iba imponiendo paulatinamente, la propia de la investigación científica y de una filosofía reacia a continuar con los florilegios de una lógica silogística estéril. La novela no miente, pero tampoco enuncia la verdad; simplemente expone, y si hasta llega a convencer al lector no prevenido deberá adjudicarse a la pluma de Hernán Lobosco esa capacidad de engaño estético, engaño no punible por ninguna moralina de las tantas que andan revoloteando por el horizonte de la timidez humana, sino que, por el contrario, gracias a la recreación desnuda la brutalidad de un período donde las guerras mítico-religiosas cernían su poder avasallante de la más sagrada aspiración humana: la obtención del conocimiento unido a la práctica de la libertad que lo posibilita, hecho que la simple y objetiva exposición del texto histórico no siempre logra como sí, en este caso, la obra de textura literaria.