Saber y Verdad.

¿Es el concepto de razón una construcción humana eterna, ajena a la dinámica de los fenómenos de la vida? La ampliación del campo de investigación de las ciencias es una de las manifestaciones del desarrollo de la razón. Cuando las ciencias físicas ampliaron su campo desde el marco acotado al sistema solar a una escala de años luz desencadenaron una revolución científico-técnica. Sobre esta nueva base la industria humana produjo recursos que han elevado notablemente la calidad de la vida. Hoy, la ampliación temporal del campo de conocimiento a escala de filogénesis está ya consumada. Hay ciencias, como la paleontología y la geología, que no pueden operar sino a una escala temporal de miles de milenios. Ahora podemos conocer el maravilloso despliegue regular de la evolución de la vida. Estas nuevas condiciones de las ciencias de la cultura ¿auspician acaso una nueva revolución científica como la de las ciencias físicas? Si es así, entonces se ha abierto la posibilidad de que la industria genere recursos destinados a resolver problemas específicos de la condición humana y que se restablezca un equilibrio entre las relaciones del hombre con la naturaleza y las del hombre con el hombre. El autor no relata una historia teórica de la inteligencia racional, cuyo trazo está reservado a los especialistas, sino el curso de la historia de la inteligencia encarnada en las transiciones materiales de la vida humana, en el desarrollo de las relaciones que traba el espíritu con la materia.